El camino de la miel

El camino de la miel es un recorrido por el fascinante y apasionante mundo de las abejas, seres vivos que han sido el eje fundamental para el mantenimiento y el desarrollo de la biodiversidad. Casi un tercio de la dieta humana y dos tercios de la animal, procede directa o indirectamente de la polinización realizada por las abejas. Las flores, para reproducirse, necesitan ser polinizadas, es decir recibir en su pistilo (elemento hembra) el polen, producido por los estambres (elementos machos) de otras flores. Esta polinización se hace principalmente por mediación de las abejas, que van libando de flor en flor, trasladando el polen en sus patas y depositándolo en los pistilos un regalo más para la naturaleza.

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La recolección del polen: labor admirable.

Las abejas son unos de los principales polinizadores de plantas y flores, juegan un papel esencial para la diversidad y supervivencia de la flora.

Procesado y almacenado

El polen también es cosechado para obtención de sus innumerables beneficios, este proceso se realiza utilizando diferentes modelos que se encargan de filtrar el polen adherido a las abejas tras su viaje.

La cosecha de la miel

La miel es uno de los principales productos de la colmena, su cosecha requiere un proceso elaborado y cuidadoso para conservar la calidad del producto.

La relación de la abeja y el apicultor

La apicultura es una tradición milenaria que consiste en cuidar un enjambre de abejas dentro de colmenas, obteniendo de ellas excedentes de miel.

El resultado: un regalo de la naturaleza

En toda su vida, una abeja produce sólo una cucharilla de miel. Y todas las abejas de una colmena viajan durante su vida el equivalente de tres vueltas a la Tierra. Todo para dar como resultado un regalo para la naturaleza.
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